ueroa Agosto sólo atinaron a decir: “Soy yo”. Ahí terminó la persecución de los cuatro agentes federales. Eso ocurrió al mediodía de ayer, en Santurce, Puerto Rico, mientras en el país surgía la interrogante de si las autoridades boricuas lo enviarían a República Dominicana para que responda por los cargos en su contra.
Al menos nueve personas se encuentran sometidas a la justicia por sus supuestos vínculos con Figueroa Agosto, acusado de narcotráfico, lavado de activos y seis asesinatos.
Entre los Estados Unidos y República Dominicana existe un convenio que permite la extradición y/o repatriación de las personas que cometan delitos en cualquiera de los territorios.
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